R e n o v a c i ó n   I D :

Nombre:

Midori

Cuarto:

8

Razón:

Cambio físico

Nueva fotografía:

Fotografía

By Thane ^^

C o n t e m p l a n d o   l a   l u n a


Neko & Kafei ❙ Cerrado ❙ Finalizado


Y así, mientras Neko estaba subido en el árbol y miraba hacia Kafei, esperando que la joven subiera, el nekomata esperaría a saber si esta necesitase ayuda para subir. De ser el caso se la ofrecería, ya fuera dándole su mano, o incluso llevándola por un momento en brazos si vería que tenía muchas dificultades para subir. Por supuesto siempre con el consentimiento de la joven.


Por lo demás, el pelinegro se sentía cómodo con la compañía de Kafei, por lo que por su parte, y siempre que la joven quisiera, continuarían charlando en aquel lugar un rato más. El nekomata estaba acostumbrado a estar despierto por la noche, por lo que por su parte podrían permanecer en aquel lugar tanto como la joven así lo quisiera, al tiempo que ambos podrían disfrutar de contemplar la luna desde allí.

Correspondencia especial
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✉

Buenos días, Oz.

Me presento, mi nombre es Midori. He visto que buscabas un asistente en el tablón de búsquedas. Espero que puedas encontrarlo y que el recibir esta carta no te resulte molesto o demasiado extraño.

Puesto que actualmente no tengo la intención de presentarme como candidato, y desconozco si sueles hablar a través de discord pues no hace mucho que yo he comenzado a utilizarlo, he pensado que enviarte esta carta era la mejor forma de ponerme en contacto contigo. Dicho esto, entiendo que encontrarás extraño que te envía la carta, por lo que pasaré a explicar mi motivo para escribirla.

Al leer tus requisitos no estuve seguro de si cumplía con aquel que estaba relacionado con la alquimia. El motivo es que no soy originario de este mundo, y aunque he leído algunos libros que mencionaban el tema, no he llegado a una conclusión clara sobre si lo que aquí llamáis alquimia es lo mismo que conocemos en el lugar del que procedo. Por este motivo, y teniendo en cuenta que era un requisito que pedías, pensando que tu eras un buen conocedor del tema me preguntaba si sería posible que tu resolvieras mis dudas, siempre que no sea una molestia para ti.

Si estas de acuerdo podemos reunirnos para hablar en algún momento de tu preferencia. O si prefieres responderme a través de cartas, yo estaría igualmente agradecido.

Por último quisiera decir que estaría dispuesto a compartir mis conocimientos si consideras que es lo más justo. De ser posible me gustaría poder aprender más del tema, pero siento que de los libros no conseguiré aprender nada. Quizás sea por la forma en la que he aprendido de donde vengo, allí no seguimos libros sino que aprendemos de nuestros mayores a través de la observación y la practica.
Te agradezco que hayas leído esta carta.

Firmado: Midori

La carta ha sido enviada en un sobre sencillo de color blanco,  más cuenta con un peculiar sello de tinta en ella con la forma de una pequeña ave. Algo que puede entenderse como un sello personal (único de la persona en concreto que la ha enviado) o tal vez familiar (como de un linaje).

S a k u r a  y  T e n s h i


Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Tras la segunda mirada del pelirosa, Arata finalmente dejo libre su mano "ocupada". Si bien al tiempo Kuon pudo escuchar un "tsk" por parte del pelirojo, por lo que el pelirosa no pudo evitar sonreirle de forma amistosa, como si quiera decirle con aquella sonrisa que tarde o temprano era algo inevitable.


Cabe decir que aquella respuesta por parte de Arata le había parecido algo linda, pues además no había percibió rastro de molestia realmente en el pelirojo.


Tras esto Arata recogió la bandeja donde estaba el pedido, para dirigirse entonces hacia una mesa.


Por otra parte, Edwin decidió sacar su propia cartera para pagar él mismo como una forma de ayuda más rápida, o así lo entendió Kuon. Comentándole así el pelinegro posteriormente "Necesito deshacerme del cambio, hacemos cuentas más tarde".


- Claro. Como prefieras - le respondió igualmente con una de sus sonrisas.


De esta forma, al final Kuon pagó con las monedas que Edwin le había dado, quedando pendiente el devolverle el dinero de regreso más adelante en el momento que le fuera más cómodo al pelinegro. Y así, con todo ya pagado siguió a ambos chicos a la mesa que Arata hubiera escogido.

A r r e n d a j o
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Tian Rue & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso

No conseguía del todo discernir la causa detrás de las sonrisas espontáneas del joven de cabello oscuro, aunque optó por no indagar demasiado en ello, atribuyéndolas simplemente a una peculiaridad de su personalidad. Había preferido simplemente no darle una atención excesiva ni profundizar en el asunto.

Aunque muy en el fondo sus preferencias apuntaban hacia una respuesta opuesta a la que finalmente salió de los labios de Tian Rue, no dejó que estos pensamientos se reflejaran en su mirada ni en su postura. Su rostro y expresión se mantuvieron imperturbables, sin dar señales de sus deseos internos. A pesar de que reconocía la posibilidad de que cargar a su acompañante hasta la enfermería sería agotador, asintió brevemente en respuesta a la petición de Tian Rue. El bienestar del joven era su prioridad.

—De acuerdo.— Respondió finalmente, dando un paso hacia adelante y poniéndole fin a la distancia que el mismo había creado anteriormente. Luego, rodeó al chico con sus brazos para levantarlo con cuidado.

Una vez asegurado de que Tian Rue estuviera cómodamente posicionado, comenzó a dar pasos con calma. Para su sorpresa, el pelinegro no le resultaba demasiado pesado, pero era consciente de la importancia de proceder con cuidado. Caminaba con precaución para evitar cualquier posibilidad de tropiezo o accidente que pudiera poner en riesgo a Tian Rue. De momento, su prioridad era llevarlo a la enfermería de manera segura.

Narrativa especial: Despedida de IRO

Narrativa especial: Despedida de IRO.

Relato:


La estancia de Neko en la residencia IRO estaba siendo algo más larga de lo esperado originalmente, pero puesto que el nekomata estaba a la espera de que cierto pelirojo lo invocara, se podría decir que por mientras se lo estaba tomando con algo de calma. Si bien no dejaba de recordar a su ama cada día.


Y así, en lo que parecía iba a ser otro día más de su vida tranquila en este mundo, ocurrió algo que no se esperaba. De pronto, y mientras se encontraba camino a la zona boscosa que le gustaba frecuentar, el pelinegro pudo percibir un aroma conocido.


-  << Imposible. ¿Mi instinto me falla? >> - pensó.

- ¡Ahí estas! - grito una voz a lo lejos.


El nekomata miró entonces en su dirección, al tiempo que sus orejas se movieron debido a la sorpresa. Su instinto no le había fallado, más la presencia de esa persona aquí  era algo que no tenía que ocurrir. O más bien, pensó que era un mal augurio, y haciendo uso de su gran agilidad y rapidez cuando así lo precisaba, en tan solo un instante apareció a su lado.


- ¿Qué ha pasado? ¿Ella está bien? - le preguntó en un tono claramente preocupado.

- … No me saludas siquiera - le respondió el otro como si estuviera algo molesto.

- Mmm… buenos días? … Si me respondes así entiendo que no le ha pasado nada, ¿verdad?

- Está bien. Bueno, dadas sus circunstancias. Sigue igual.

Neko respiró algo aliviado. - Entonces, ¿cómo es que estás aquí? - No era habitual en el recién llegado alejarse de su propia ama sin un motivo.

- Oh… pues… te echa de menos. Y se la ve triste. Así que me ofrecí voluntario para venir a buscarte.


El nekomata entendía perfectamente el sentimiento, como así se pudo ver reflejado en el triste movimiento que hizo con sus orejas.


- Entiendo. Yo… Espera, - se auto interrumpió con lo que iba a decir al recordar algo - ¿por qué no me has invocado si ese era el caso?

- ¿Invocarte?

- El talismán. Dejé uno para que tu ama pudiera invocarme si era necesario.

- Ahh… no lo sabía - le respondió dejando salir una risa al final.


Neko solo hizo un gesto como si de alguna forma no se extrañase. Después de todo ya lo conocía, y es que el joven frente a él a veces podía ser algo/bastante torpe.


- Supongo que ya no importa. Pero… esa ropa… -  dijo ahora fijándose mejor en lo que estaba usando, al ya estar más tranquilo al saber que el estado de su ama no había empeorado. Y es que el contrario estaba llamando demasiado la atención, por así decirlo, para lo que Neko había aprendido que era común ver en ese mundo.

- ¿Es bonita, verdad? Pensé que la ropa que utilizo en casa se vería rara así que escogí estas. Aunque no entiendo porque igualmente las personas de este mundo me miran tanto. Además incluso me han dicho “necesita ayuda, señorita” mientras daba vueltas al buscarte - comenzó a responderle sin siquiera dejarle terminar la frase que fuera a decirle.


Neko suspiro levemente pues aun conociendo su torpeza, a veces sentía que realmente no tenía remedio.


- Esas ropas son de tu ama, ¿verdad

- Si, todas las prendas amarillas que encontré en su armario - le respondió con una sonrisa de felicidad en el rostro. Y es que cabe decir que el joven tenía una pequeña fijación por el color amarillo. Le encantaba.

- … Tu ama es una chica - le comentó esperando que captara la idea.

- Dices cosas obvias - pero el contrario siguió sin entender nada.

- … Vas vestido con ropa de mujer. En tu forma humana tus rasgos son bastante finos, y además tus rasgos de dragón se notan bastante - terminó por decirle directamente viendo que no iba a captar nada sino.

- Oohh…  así que es por eso. Bueno, supongo que no importa - dijo riendo - Me gusta esta ropa - sus ojos realmente parecían brillar de felicidad al decirlo.


Cabe decir que el recién llegado no estaba tan acostumbrado a usar su forma humana en público. Y es que generalmente solo cuando estaba en casa con su ama, para poder ayudarla mejor, o en ocasiones similares donde por ejemplo necesitara usar las manos estaba en esta forma. El resto del tiempo permanecía en su forma original. Además de eso decir que aún en su forma humana conservaba bastantes de sus rasgos originales de dragón. Su piel se veía aun en un tono verdoso y conservaba parte de sus escamas y sus cuernos. De hecho seguramente las personas que lo vieron pensarían que hacia algún tipo de cosplay. Y por todo ello, había llamado tanto la atención.


- Entonces, ¿qué vas a hacer? ¿Vienes de regreso conmigo o le dijo que estas bien? Pareces estar bien.

- Estoy bien - Y tras una breve pausa añadió - E iré contigo.

- ¿Y la búsqueda?

- He estado leyendo bastantes libros pero no he encontrado nada útil. Estoy esperando la ayuda de alguien que conocí - tras esto hizo una breve pausa - Le di algunos de mis talismanes así que supongo que puede invocarme igualmente aunque yo ya no esté aquí.

- ¿Seguro?

- Los talismanes nunca me han fallado. Aunque no los hayamos comprobado desde diferentes mundos, su magia debería funcionar de todas formas.


- Supongo. Esos talismanes son cosa tuya después de todo - Y es que el tipo de magia que él utilizaba era algo diferente a la de Neko, así pues quedaba a criterio del pelinegro si funcionarían a no - ¿Nos vamos ya, entonces?

- No. Antes debo hacer algunos trámites. Puedes regresar tu primero si quieres. Dile que en cuanto lo tenga todo listo, regresare con ella.

- Bien. Como quieras.


Y de esta forma ambos familiares se despidieron, dirigiéndose Neko entonces hacia la residencia, pues los trámites a los que se refería eran informar sobre su marcha. Además de escribir un par de cartas y dejar cierto obsequio como agradecimiento.


Y así, tras tenerlo todo listo, durante la noche, el nekomata se dirigió a la zona boscosa de nuevo. Abriendo entonces un portal hacia su mundo, así como lo había hecho la primera vez, salvo que a la inversa, y regresando de esta forma con su ama.


Al cruzar dicho portal, apareció en su casa, donde ésta lo estaba esperando con una sonrisa en su pálido rostro que reflejada lo mucho que se alegraba de verlo.


- Bienvenido, Neko - le dijo en un tono dulce.

- Estoy de regreso - le respondió con una sonrisa igualmente cálida y en un tono que se notaba su afecto hacia ella - Perdona por haber tardado tanto.


Y de esta forma ambos comenzaron a charlar. El nekomata le contó sobre muchas cosas. Tanto aquellas relacionadas a su búsqueda como otras más anecdoticas de su estancia en ese otro mundo, así como hablarle sobre cómo era ese mundo. La joven lo escuchaba con interés y también con esperanza, pues entre todo lo dicho estaba la mención a un cierto joven pelirojo, el cual tal vez podría ayudarla.


Y así, por ahora, el nekomata regresaría a su vida con su ama en su mundo, esperando con curiosidad y esperanza por el momento en el que fuera invocado por Arata.

A r r e n d a j o
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Tian Rue & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso

Las palabras de "elogio" de Tian Rue lo habían tomado completamente desprevenido, pues se había esperado cualquier tipo de acotación menos aquello. No había anticipado recibir ningún tipo de cumplido por su parte. Esta inesperada muestra de aprecio hizo que girara la cabeza ligeramente hacia un lado, apartando su mirada de los intensos ojos del joven. Al mismo tiempo, sus mejillas adquirieron un tenue tono rosado.

—Gracias…— Se limitó a responder, avergonzado. La situación había sido sorpresiva para el zorro, y es que rara vez recibía elogios, y por tanto, no estaba acostumbrado a lidiar con ellos. Sus habilidades en ese campo eran limitadas, por lo que no sabía muy bien que decir en respuesta.

Fue obligado a regresar la mirada al pelinegro. El joven había utilizado su mano para girar su cabeza y que regresara su atención a él, sin dejarle mucha más opción. Esta acción lo había tomado por sorpresa nuevamente, y antes de que pudiera reaccionar y apartar la mirada de nueva cuenta, se vio enfrentado al acercamiento de Tian Rue. Fue el repentino tacto de la lengua del chico sobre la comisura de sus labios lo que realmente lo había sorprendido.

Detuvo su avance de repente después de dar unos pocos pasos adicionales; no habían recorrido una distancia considerable desde su punto de partida inicial.

—No haga eso, por favor.— Solicitó en un tono de voz sereno y calmado. Aunque ya había recuperado su compostura y el tenue rubor en sus mejillas se había desvanecido, todavía se sentía avergonzado, a pesar de que ya no fuera evidente en su expresión.

En cuanto a su preferencia, habría optado por llevar a Tian Rue en su espalda. Sin embargo, dado que el chico se le había acercado y extendido los brazos como si buscara un abrazo, interpretó que prefería ser cargado de esa manera. La situación habría sido diferente si Tian Rue se hubiera colocado detrás suyo o a su lado. No obstante, aún no descartaba la idea de llevarlo sobre su espalda; simplemente observaría cómo se comportaba el chico antes de tomar una decisión al respecto.

IROween

Estancia:

Comedor

Relato:

Había vuelto recientemente a la residencia luego de un trabajo que le tomó toda la noche
el viaje había gastado sus últimas energías a pesar de su cansancio el hambre no lo dejaría dormir.
Se puso en camino al comedor cuando el altavoz resonó
en el pasillo dando aviso sobre la búsqueda de dulces.

— Oh, ya comenzó, llegue justo a tiempo. — Pensó mientras se dirigía al área del comedor.

Aprovechando que era el primero en llegar comenzaría la búsqueda
la emoción activo un poco su cabeza para analizar los posibles escondites, era un área amplia así que le tomaría un tiempo recorrer todo el lugar.
Olvidó su cansancio por completo al cabo de un rato, encontrar los dulces era prioridad para el albino. Trascurrido el tiempo encontró (...).

El hambre había aumentado así que se dispuso en ver el menú y comer como si no hubiera un mañana.

IROween

Estancia:

Gimnasio


Relato:

La búsqueda de los dulces había comenzado coincidiendo el anuncio por parte de Dai con el momento en el que Kuon estaba dando un paseo por las zonas verdes de la residencia cercanas al gimnasio. El pelirosa fue entonces informado por su I.A. de que los participantes ya podían comenzar a buscar los dulces escondidos. Así pues, y puesto que se encontraba cerca del gimnasio, decidió ir a buscarlos en su interior.


Cabe decir que Kuon no conocía muy bien el lugar, pues más allá de en la ocasión en la que había ido con Jay, solo un par de veces más se había pasado por allí por curiosidad. Por si de casualidad se encontraba con éste.


Aun así, la idea de buscar allí le parecía divertida. Ir a buscar dulces a un lugar donde se hacía ejercicio. Era quizás algo contradictorio, pero al mismo tiempo se sentía como una especie de recompensa. Aunque claro, él no iba a hacer ejercicio, al menos no más allá de aquel que requería la propia búsqueda.


Así pues entro dentro del edificio, tomándose su tiempo mirando cada rincón. Si bien también, asegurándose de no molestar a los pocos residentes que en ese momento se encontraban allí. De esta forma miró cerca de las maquinas para ejercitarse, del lugar donde estaban colocadas las mancuernas y las pesas, donde estaban las cintas para correr, etc. En definitiva, todo. 


El pelirosa no tenía prisa, después de todo hasta la tarde tenía el día libre, por lo que estaba disfrutando de la búsqueda, y de paso, conociendo un poco más también el gimnasio. Hasta que finalmente al acercarse a donde se encontraba una de las maquinas de agua, la que estaba al lado de un banco para sentarse, justo al lado de ella en el rincón menos visible a simple vista encontró...

S a k u r a   y   T e n s h i
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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

—Un poco de ambos —respondió mientras llevaba la bandeja al lugar que eligió.

Le parecía algo cómico y tierno el modo en  el que el pelinegro se había expresado. Desconocía sus intenciones, mas no era algo a lo que le prestara realmente atención.

En cuanto a la decisión sobre la mesa, había preferido no preguntar al sentir que la decisión acabaría en sus manos de todas formas. Arata pensaba que si no hubiera tomado la bandeja, probablemente  aún estarían allí parados  entre el intercambio de cordialidades del par de chicos.

«Agotador», pensó al respecto.  Pero   debía  confesar que de alguna  forma  le entretenía ver ese tipo de formalidades, aunque de lejos.

Al llegar a la mesa elegida, acomodó la bandeja sobre esta y procedió a sentarse en la silla que estaba junto a la pared, ya que de ese modo podría tener una vista de todo el lugar. Después, tomó uno de los sobres de pañuelos húmedos que venían en la bandeja y con el cual limpió sus manos, pues ese era el propósito.

Una vez con las manos higienizadas, regresó el pañuelo ya usado al sobre que dejó fuera de la bandeja, y se quitó la capucha. Ahora el dulce aroma de su cabello fue más evidente, el cual lo llevaba sin fijador. Era fácil que se deslizara hacia su rostro debido a lo sedoso que era, y por ello llevó uno de los mechones detrás de su oreja para que  no lo molestara al beber. No obstante, con el tiempo era probable que tuviera que repetir la acción.

De momento ya más cómodo, tomó su café, lo envolvió con ambas manos y acercó sus labios a la orilla del vaso para darle diversos suaves soplidos mientras observaba al pelinegro. Cabe mencionar que había dejado los codos sobre la mesa.

A r r e n d a j o
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Tian Rue & Dekiru ❙ Abierto ❙ En curso

Si ya se sentía un tanto incómodo al cargar al pelinegro debido al acontecimiento anterior, ahora se encontraba aún más incómodo con la cabeza del joven apoyada en uno de sus hombros y las palmaditas reflexivas que le proporcionaba en el otro. A pesar de ello, mantuvo la calma y se dedicó a escuchar atentamente lo que le decía. Evitaba también su mirada, por lo que sus ojos estaban fijos en el horizonte mientras volvía a caminar, ahora con un ritmo más avanzado, deseando llegar a la enfermería lo más rápido posible.

No mencionó nada en respuesta a las palabras posteriores de Tian Rue. Sin embargo, la curiosidad se había sembrado en su mente ¿Qué tipo de respuesta esperaba obtener de él en ese momento? Para el peliblanco, lo que había dicho parecía una respuesta natural, algo que cualquiera expresaría si no estuviera disfrutando o quisiera detener la acción que estaba ocurriendo. No concebía una respuesta diferente en ese contexto.

—No, no podría hacer eso.— Respondió frente a lo siguiente, aún manteniendo su característica expresión serena. No podría, querría ni debía dejar de lado a ningún residente. Ahora, Tian Rue estaba a su cargo, y su prioridad era llevarlo a la enfermería lo antes posible.

—Sin embargo, agradecería que no volviera a hacerlo.— Añadió rápidamente luego de sus anteriores palabras.

La sonrisita indescifrable en el rostro de Tian Rue no le inspiraba demasiada confianza, por lo que vio prudente volver a repetir sus palabras iniciales. Realmente no quería volver a sentir la lengua del pelinegro en su rostro.

—Ah, ¿donde quedaron mis modales?— Se regañó a sí mismo en un susurro apenas audible, aunque probablemente perceptible para el chico que estaba apegado a él. —Mi nombre es Dekiru.— Añadió posteriormente, dirigiendo, por primera vez a lo largo del trayecto, su mirada hacia los ojos de Tian Rue.