IROween

Estancia:

Cafetería.

Relato:

Otro día había comenzado, el albino estaba en la cama aún cuando los altavoces sonaron, despertando lo de un brinco. Tenía la guardia baja debido al cansancio del día anterior, recordando la búsqueda salió de la cama para prepararse.

Luego de un baño y muda de ropa, estaba listo por comenzar el segundo día de búsqueda, pensando dónde podría ir se decidió por la cafetería después de todo quería probar esos nuevos platillos cómo los bombones rellenos de sangre de virgen.

— D4RK, pospone los trabajos de hoy... Tomaré el día libre.

— Muy bien Amós, reprogramare la agenda para evitar malos entendidos.

— Gracias querida, comenzaré con la búsqueda.

Al salir, recordó la suerte que tuvo el día anterior, no creyó encontrar tanto caramelos, quedó sin palabras al contar 10, lo que lo motivo a continuar el día de hoy. Llegó a la cafetería, de nuevo el primero así que sin más rodeos comenzó a buscar, al cabo de unos minutos encontró la cantidad de...

IROween

Estancia:

Huerto


Relato:

Era el segundo día de la búsqueda de los dulces y en esta ocasión Kuon se encontraba en la recepción de IRO justo cuando Dekiru hizo el anunció relativo al evento de Halloween.


El pelirosa ya había desayunado, y estaba dirigiéndose a la salida con la intención de dar un paseo. Si bien, al escuchar el anuncio en ese momento cambio ligeramente sus planes para buscas así los dulces. El día anterior se lo había pasado bien, y había tenido a su parecer bastante suerte, así que se sentía muy motivado para empezar la búsqueda.


De esta forma, decidió que ya que su intención era dar un paseo, no buscaría los dulces en ninguna de las estancias cerradas. Por lo que teniendo esto en cuenta, de las mencionadas, solo le quedaban a la granja o el huerto como opciones. Y puesto su pequeño "problema" con los animales, decidió que mejor no molestarlos. Así pues encaminó sus pasos hacia el huerto.


El lugar era realmente amplio, y en principio, bien parecía que la búsqueda sería larga, aunque realmente esto no le molestaba. Al pelirosa le gustaba pasear por aquel lugar con bastante frecuencia, así que simplemente daría un paseo, aunque si fijándose algo más de lo normal al tiempo que caminaba. Si tenía suerte y encontraba los dulces sería genial, y sino pues simplemente pasaría un rato agradable.


Al llegar, Kuon saludó a algunos de los trabajadores que por allí se encontraban, algo que tenía ya por costumbre hacer cuando pasaba por allí y los veía. Luego encamino sus pasos a recorrer los diferentes caminos que había, mirando a un lado y al otro al tiempo que caminaba lentamente, observando con detalle las plantas, hasta que finalmente llegó al invernadero. Una vez allí, y aunque técnicamente era un espacio cerrado, al seguir siendo un espacio natural, se podría decir que para el pelirosa no contaba como espacio cerrado, al menos no en el sentido en el que él estaba considerando los espacios cerrados el día de hoy para su paseo. Además del hecho de que bien los dulces pudieran estar dentro, y ya que estaba allí sería una lastima no comprobarlo. Así pues entró en su interior.


Cabe decir que el invernadero era una zona que no solía visitar tanto como la zona exterior del huerto, por lo que así como en el día de ayer, aprovechó el momento para conocerlo mejor.


En su interior había numerosas plantas, y Kuon se tomo su tiempo observándolas. Algunas de ellas le recordaban a sus padres, por ser plantas que éstos también habían cultivado o cultivaban. Y de esta forma, por casualidad, mientras se detuvo a mirar algunas de ellas más de cerca fue que encontró...

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Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Cuando el pelirosa llegó a la mesa ambos jóvenes se habían sentado ya, uno frente al otro, así pues Kuon se sentó en una de las silla del medio, ya que la mesa era redonda. Teniendo así a Arata a su izquierda y a Edwin a su derecha, pues desde esta posición podía ver el paisaje por  la ventana que de haber elegido la otra silla libre no hubiera podido. Posición que por otra parte le parecía quizás la mejor, teniendo en cuenta que eran tres, y que él era quien conocía a ambos.


De esta forma, primeramente se quitó la mochila dejándola colgada a un lado de la silla antes de sentarse. Y posteriormente, ya sentado, se limpió las manos con la toallita húmeda que estaba dentro de uno de los sobres que quedaban en la bandeja. Guardándola al terminar de limpiarse de nuevo en su sitio y dejando dicho sobre en lo que se podría decir era su sección de la mesa. A continuación tomó su café de la bandeja, para dejarlo más cerca suyo. Y posteriormente el plato donde estaba la mini tartaleta que había pedido.


Kuon se fijo entonces como Arata ya había comenzado a beber su café, o al menos eso le parecía por la forma en la que lo sostenía y le daba pequeños suaves soplidos. Y si bien no era nada extraño, le parecía algo un poco lindo, entendiendo el pelirosa que era por el frío pero que al mismo tiempo parecía no gustarle beber el café demasiado caliente. Mientras, por su parte parecía que Edwin había preferido esperar a que él llegara.


Cabe decir que Kuon estaba bien con ambas cosas. Es decir, entendía que el pelirojo tuviera frío y no hubiera querido esperar. Y por otra parte, agradecía el gesto del pelinegro. Como así se noto al mirar primero a uno, y luego al otro con su característico gesto amigable.


De esta forma, ya con los tres sentados en la mesa, les ofreció un poco del postre que él había pedido antes de comenzar a comerlo.


- ¿Queréis probar un poco? - les dijo haciendo un pequeño gesto con la mano hacia la mini tartaleta.


Cabe decir que si bien era una mini tartaleta, daba para unos tres o cuatro trozos dependiendo del tamaño del bocado, por lo que de querer todos podrían probarla. Además, y aunque Kuon sabía que los chicos también podrían haber pedido algo de comer de haber querido, en cierto modo por su habito de compartir y también pensando en que quizás podría ocurrir que no fuera que tuvieran realmente hambre pero si poder querer un bocado dulce, le pareció que lo mejor era ofrecérselo.


De esta forma esperaría por su respuesta antes de comenzar a comer.

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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

—¿Tienes pareja?—preguntó de pronto.

La pregunta iba dirigida al pelinegro. Era una que solía hacer, y si no, era meramente porque lo olvidaba y se encontraba más distraído o concentrado en otros aspectos, pero más temprano que tarde la hacía: tenía sus límites marcados.

El posterior comentario sobre su forma de moverse no se lo esperaba para nada, mas no hubo atisbo de ello en su rostro. Solo lo observó en silencio por varios segundos antes de dejar oír su tranquila voz.

—¿Mm? Tal vez con las caderas no te parezca igual —respondió con la mirada fija en el chico aunque  ya había llegado Kuon.

Había sido lo primero en lo que pensó. En realidad era bastante habilidoso con las caderas gracias a su gusto por la danza y experiencia en general.

Cuando el pelirosa ofreció de su postre, Arata observó lo delicioso que se veía y luego dirigió sus iris hacia el chico.

—Mm —asintió levemente—. Dame en la boca, tengo las manos ocupadas —añadió sin apartarlas del vaso.

Independiente de si aceptaba o no, acabó moviéndose con cuidado hacia Kuon con la silla. Por fortuna se resbalaba con facilidad en el piso, por ende, no necesitó un gran esfuerzo para apegarse al pelirosa.

IROween

Estancia:

Biblioteca.

Relato:

Había llegado de una charla agotadora en la cuidad
cuando un correo de D4RK le recordó la búsqueda, por poco lo olvidaba
prefiero ir a la habitación a cambiarse y revisar los últimos trabajos de la semana.

— Creo que eso sería todo, D4RK, revisa los últimos e-mails
para ver si está todo correcto.

— No sé preocupe Amós, comenzaré desde ya.

— Comenzaré con la búsqueda en ese caso.

— Mucha suerte Amós.

— Gracias, hasta más tarde.

Salió tranquilo de la habitación los resultados del segundo día fueron buenos
el albino se sentida satisfecho con los resultados todo marchaba bien, esperaba que su olfato no lo traicionara
esté tercer día.

Luego de pensarlo bien decidió ir a la biblioteca a probar nuevamente su suerte.
Al llegar fue directamente a los estantes revisando
cada uno de ellos y re-acomodando los libros para no desordenar el lugar, cuando en unos de esos
estantes encontró...

IROween

Estancia:

Comedor


Relato:

Era el tercer día de la búsqueda de los dulces y tal parecía que al menos por el momento Kuon estaba teniendo suerte a la hora de encontrarlos. Si bien, lo mejor de todo para él era que se estaba divirtiendo.


Así pues en esta ocasión el anuncio dado por Dekiru lo pillo mientras iba de camino al comedor, por lo que no se lo pensó mucho y decidió que buscaría por el lugar después de terminar de comer.


De esta forma, se tomo su tiempo disfrutando de la comida. Arroz gohan acompañado por la famosa carne falsa de la residencia y algunas verduras de la temporada. Y como postre algo de fruta: un caqui.


Cabe decir que no era el único en el comedor, por lo que aprovechando que no tenía prisas, espero algo de tiempo a que el comedor estuviera algo mas vacío. De esta forma sentía que no molestaría o otros residentes que estuvieran comiendo. 


Y así, pasado un tiempo comenzó su búsqueda. Si bien, en esta ocasión, realmente no tenía mucha idea de por donde empezar. Y es que la zona de las mesas no le parecía un buen lugar, pues sentía que por el mero hecho de ir a comer cualquiera podría encontrarlos. Es decir, era demasiado fácil. Tenían pues que estar en algún lugar más escondido. Así pues, tras echar una ojeada por alto a todo el comedor, decidió mirar en cada una de las macetas que había como decoración en el lugar, hasta que finalmente al lado de una de ellas encontró...

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Estancia:

Huerto.

Relato:

Antes de comenzar con tu agenda el albino quería tomar algo de aire fresco
el día está soleado y el clima era perfecto, no quería arruinarlo con la monotonía del trabajo.

Fue a la cafetería a desayunar algo liguero, mientras terminaba su café y unos croissant
comenzó a pensar en cuál sería el lugar ideal para este cuarto día, entré las opciones dadas
terminó por elegir el huerto, no recordaba haberlo visitado así que sería
la ocasión perfecta para conocer el recinto.

Se puso en marcha al lugar, cómo era de esperarse el área era inmensa, incluso cuando ya era parte de la residencia
el albino no dejaba de sorprenderse con los lugares a donde iba. Dejando su asombro de lado
comenzó la búsqueda, rebuscó entre la vegetación un buen rato, ya no sabía dónde más buscar
sólo quedaban las plantas protegidas con una cubierta, no sabía bien si buscar allí
después de todo no quería un regaño de parte de los trabajadores así que siguió de largo
hasta ver qué no había nadie en las cercanías.
A pesar de la posible llamada de atención no le importo mucho y fue rápidamente a buscar por debajo de la cubierta entre las plantas logro notar algo
al fin después de mucho buscar encontró...

IROween

Estancia:

Biblioteca 


Relato:

Era el cuarto día de la búsqueda de dulces, y en esta ocasión Kuon se encontraba en su habitación cuando el anuncio sobre la actividad fue dado por Dekiru. De forma que, tras terminar de alistarse, y puesto que disponía de algo de tiempo aun, decidió salir e ir a buscarlos.


Para este día el pelirosa prefirió ir a la biblioteca. Era una de las zonas de la residencia que solía visitar, y aunque era muy amplia, la conocía bastaste bien.


Así pues, primero se paso por los estudios de música. Y aunque allí no encontró nada, una sonrisa se formo en su rostro al pensar que habría sido quizás demasiado fácil y rápido si los hubiera encontrado en aquel lugar que tanto frecuentaba. Luego se dirigió hacia la zona da los ordenadores, aprovechando que en ese momento no había nadie y así no molestaría. Si bien, allí tampoco tuvo suerte, por lo que encamino sus pasos a la zona donde estaban las estanterías con libros.


Allí se tomo su tiempo mirando, aunque no tocaba los libros, para evitar desordenarlos, solo ojeaba de pasada con atención entre las estanterías y las diferentes alturas de unos libros a otros por si los dulces pudieran estar por allí escondidos. A su parecer ese era un buen escondite.


Y así, tras mirar por algún tiempo, fue cuando llegó a la sección de libros que hablaban de postres que al fin los vio, haciendo que una sonrisa se formara en su rostro. Justo al lado de un libro titulado “los mejores dulces del mundo” encontró…

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Kuon - Arata - Edwin ❙ Abierto ❙ En curso


Puesto que cuando llego el pelirosa a la mesa sus acompañantes ya estaban conversando, Kuon no sabía exactamente de que estaban hablando. Por ello, al escuchar como Arata decía "¿Mm? Tal vez con las caderas no te parezca igual", no pudo evitar sorprenderse.


- ¿Caderas? - repitió en voz baja para si mismo.


¿De que estaban hablando? Sabía que Arata tenía por costumbre decir comentarios que al menos a su parecer bien podían interpretarse de varias formas, así pues pasado un instante simplemente continuó con lo que estaba haciendo y dejo a sus acompañantes conversar sin intervenir. A su parecer puesto que la conversación había comenzado antes de que él llegara, era mejor esperar a que se dirigieran a él, y no interrumpirlos o meterse en medio. Simplemente los escuchaba.


De esta forma, tras ofrecerles un poco de su postre Arata fue el primero en aceptar, por lo que Kuon partió un trozo de la mini tartaleta con el cuchillo, al tiempo que aceptaba su petición teniendo una de sus características expresión amistosa en el rostro.


- Claro - le respondió brevemente.


Y así, una vez con el trozo partido, lo tomó con cuidado con su mano derecha, al ser diestro, y lo acercó a los labios de Arata, que ya se había movido para estar más cerca de él. Kuon esperaría entonces a que el pelirojo lo comiera a su gusto.


Cabe decir que quizás era por la conversación que habían tenido antes, pero de alguna forma ahora el pelirosa parecía sentirse más cómodo con el pelirojo en el sentido de hacer estos pequeños gestos. Es decir, a Kuon siempre le gustaba ayudar a otros si podía, más ahora era como si fuera algo más, como si se sintiera como algo agradable o más cercano el hacer esto. Algo que por otra parte, no era algo nuevo, pues siempre que el pelirosa sentía que tomaba más confianza con la otra persona se sentía así. Después de todo era del tipo de persona que en determinadas situaciones le gustaba poder mimar o consentir a otros.


Por otra parte, posteriormente Edwin también aceptó probar un trozo de la mini tartaleta. Si bien, por la forma que tuvo de decirlo, el trocito que partió para el pelinegro fue un poco más pequeño que el de Arata.


- Claro - le respondió mirando ahora hacia él, una vez más con su característica expresión amistosa en el rostro.


Y así, dejó el trocito recién partido en la servilleta que Edwin le extendió. Para finalmente, con ambos chicos ya servidos, por así decirlo, comenzar él a comer el trozo que le quedaba. 

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Kuon, Arata, Edwin ❙ Abierto ❙ En curso⌛

—¿Tienes pareja, Kuon?—preguntó de pronto, mirando ahora al  pelirosa que ya  los acompañaba en la mesa.

Solo había  asentido con  levedad en la respuesta anterior del pelinegro, dando a conocer que lo había oído: era una costumbre en él.

En cuanto a las palabras de Kuon y su aparente duda, solo lo miró unos segundos antes de regresar sus ojos a los del otro chico. No le importaba compartir lo que estaban conversando, pero de todas formas no explicó nada.

—O sientas —agregó como  opción a la respuesta del chico frente a sí sobre el asunto de las caderas.

Había respondido segundos antes de que Kuon le extendiera un trozo del postre. No probó el bocado enseguida, sino que mantuvo su mirada fija en su otra  compañía por varios segundos antes. Se podría decir que también estaba tanteándolo.

Posteriormente, fijó su concentración en el pelirosa, en cuyos ojos clavó  la mirada cuando separó los labios para recibir el postre con cuidado y suavidad, sin retener el cubierto en la boca  más de lo necesario.

Sintió un hormigueo en la quijada ante el repentino dulzor. No acostumbraba a comer por las noches, así que llevaba unas horas sin hacerlo y por ello salivó más de lo usual mientras masticaba el trozo de tartaleta.

—Mmm... —murmuró, cambiando de dirección sus iris hacia el pelinegro. Quería verlo  comer el postre.

Se trataba de un sonidillo de aprobación. Si bien las tartaletas eran algo que también le gustaban, no se había animado a pedir una desde que llegó, pero ahora estaba considerando hacerlo, al menos a futuro.

Cuando notó de reojo que Kuon comería, se percató de que le quedó bastante poco. En consecuencia, todavía cerca suyo y con el café entre las manos, alzó un poco la ceja. Si fuera Arata, no habría compartido nada... Al menos no de la misma forma.

Acabó  restándole importancia de todas maneras, se encogió de hombros y continuó soplando su café, pero esta vez, observando el vapor que se disipaba.

Cierto dia,cuando Lucy corria apresuradamente hacia su habitación (como era su costumbre cuando iba a casi cualquier lugar), no pudo evitar detenerse en seco al ver algo que llamo su atención. Se aproximo (esta vez lentamente) y tomo los papeles en sus manos, con curiosidad.
Se trataba de algunos formularios para puestos de medio tiempo. Habia para la cafeteria, para la granja, y para el gimnasio.
Sonrio. Sin dudas le vendria  bien algo de ocupación, asi que decidio rellenar uno y esperar a ser aceptada.
A pesar de que los 3 puestos se veian como un trabajo interesante, decidio tomar el de la cafeteria. Siempre habia sido buena cocinando,era algo que la hacia feliz, y ademas era muy buena en ello, asi que eligio ese, lo lleno con los datos correspondientes y lo envio.
Por ultimo,estaba casi a punto de irse, cuando vio algo que la detuvo.Era el casino, y no pudo evitar acercarse.
Hacia un par de semanas que habia visto a Ban acercarse e inscribirse, y desde entonces solia pasar por alli seguido, pero ella no se habia animado a entrar tambien, a pesar de que el se lo habia sugerido un par de veces.
Ahora, sin embargo,habia llamado su atención. Seguramente era divertido, si a Ban le gustaba pasar tiempo alli, y seguramente seria una buena manera de conocer a los otros miembros. Asi que lleno el segundo formulario, y tambien lo coloco en el sitio correspondiente.
Terminadas estas tareas, se marcho felizmente,contenta y pensando que seria divertido.