Anécdota I    ⊹ Experiencia memorable ⊹

Første møte. ۪۪⸙

En un otoño donde las hojas todavía no se desprendían por completo de los arboles y el calor del verano aún paseaba por el aire, una niña de 8 años con una fina y húmeda venda en sus ojos sollozaba sentada en la tierra lejos del orfanato donde se supone que debía estar.
Tratando de limpiar sus manos llenas de barro contra la tela de un camisón no podía evitar el temblor de su mentón ni los absurdos balbuceos que salían de su boca, se sentía patética.
El sol de la madrugada apenas asomaba por el horizonte y su tenue luz apenas iluminaba el bosque en el que ahora se encontraba. Estaba siendo exagerada de nuevo, le había prometido a una de las hermanas que no volvería a huir si escuchaba algo sobre sus ojos, pero no podía evitar sentirse como una extraña cuando los mencionaban. Sabía que eran distintos y la hacían ajena a los demás, no por la heterocromía que ya era rara, si no por sus exóticos colores.

Tal vez correr con la venda no había sido la mejor idea, pero en su defensa en esos momentos solo quería huir.
Con sus manos aún sucias decidió bajar la venda y dejarla reposar en su cuello absorbiendo sus alrededores y cayendo en cuenta de que, no conocía esa parte del bosque. Siempre se había adentrado a él acompañada y nunca yendo más allá de los árboles con una franja amarilla pintada en ellos, pero nada a su alrededor era similar a lo que conocía.

Levantándose frenética sintió como la angustia bajaba de su garganta a su estomago de golpe, solo podía escuchar su respiración agitada, que fue interrumpida por un aterrizar a la distancia.

En dirección del sonido se encontraba un niño de cabellos blancos y ojos con heterocromía, muy similares a los suyos. El pánico no la dejaba gritar o que moviera sus piernas para volver a correr por donde había llegado con la esperanza de volver al orfanato, solo podía mirar como el niño se acercaba lentamente y una vez estando frente a frente…

— Tonta. —

No sabía cómo reaccionar a eso. Sorbiendo su nariz su miró hacia abajo asintiendo.

—Ya lo sé…—

Sus ojos pasaron de mirar su calzado con vergüenza a ver cómo la mano del extraño tomaba la suya y comenzaba a tirarla hacia él, el taco le resultaba más familiar de lo que estaba dispuesta a admitir.
Al niño no parecía importarle su ropa sucia o su cabello desordenado, por cómo se movía entre los arbustos y los altos troncos de los arboles parecía conocer el lugar, o vivía lo suficientemente cerca como para saber guiarla.
Tal vez era el frio de la mañana o el vaho que salía de su boca en cada exhalada de aire, pero la mano del desconocido se sentía igual de helada que la suya, sentía frio, era reconfortante saber que los hacia aún más parecidos, aparte de sus ojos. Pasaron unos minutos y mientras ellos se movía, el sol lo hacia con ellos, iluminando el camino hasta que los senderos se hacían cada vez más reconocibles.

—Allá— Habló de repente, soltando su mano y apuntando hacia el orfanato que se distinguía hacia abajo del peñasco donde estaban parados. — Esa es tu casa, debes seguir y por nada del mundo debes mirar atrás, si no nunca nos veremos de nuevo. —

¬— ¡P-Pero...! ¿Cómo supiste? ¿Quién eres? Nuestros ojos…— Tartamudeó sin querer, buscando respuestas en los ojos inexpresivos de su salvador.

— Siempre sé cuándo Neria está en problemas porque estoy cuidándola. —Respondió mientras la tomaba de los hombros y la volteaba de nuevo en dirección al orfanato. — Pertenece allá hasta que pueda encargarme de ella yo solo. —

—¿Cómo te llamas? —

—Me llamaré como Neria quiera llamarme. —

Insegura, asintió y comenzó a caminar sujetando con fuerza la venda que estaba en su cuello en dirección al orfanato, sintiendo cómo el niño la vigilaba en cada paso que daba.

Anécdota II    ⊹ LGBTIQ+ ⊹

Kjærligheten snakker.۪۪⸙
Ambos se encontraban reunidos en el cuarto de Sara contemplando a la inútil IA, incapaz de funcionar por más de 30 minutos sin reiniciar su sistema o enseñándoles temas irrelevantes a la residencia, que para colmo si no se encontraba haciendo cualquiera de las dos cosas, pasaba con su pantalla apagada.
“Debe ser la más volátil e inútil.” Pensó Lot, tomando la tableta de las manos ajenas la inspeccionó con recelo, como si mirarla mal hiciera que funcionara.

— ¿Te molesta si le doy un golpe? Si llego a romperla te doy la mía. —

— Adelante, estoy cansada de que la pantalla se vuelva negra cuando trato de revisar lo que tenemos pendiente…—

No consideraba que romperla fuera la solución, pero también se encontraba frustrada con la IA y entre quedarse con la dañada o la buena, prefería la buena.
Suspirando cansada miró como su hermano se levantó de la cama para situarse frente a un mueble, alzando el brazo y haciendo fuerza suficiente para escuchar un ¡clack! Del impacto de la pobre, pobre tableta con la superficie de madera.



•      •      •



¡Qué maravilla~! Ahora la IA se encontraba encendida y funcionando con debida normalidad aún con una grieta en la pantalla~ ( ´ ▽ ` )
Al parecer la violencia fue suficiente para hacer que mostrara las notificaciones y… ¡Oh por dios! ¡¡Por fin estaban a tiempo para recibir un lindo pin, tarde pero aún a tiempo!!

¡Un tema curioso! Para Sara no sería sorpresa para sí misma considerase parte de la comunidad siendo arromántica o tal vez demisexual, debido a la falta de interacciones profundas en su vida no puede determinar con exactitud en cuál de los dos se encuentra, pero existe gente muy importante para ella que es parte del movimiento.


— Experiencias LGBTIQ+… ¿Te he contado que uno de mis hogares de acogida fue de una pareja homosexual? —
Preguntó mientras recibía su Tablet de pantalla trizada, contemplando las líneas del vidrio mientras recordaba tiempos donde su vida no era tan difícil como es actualmente.

— No necesitas narrarme cosas que ya sé, no me quedan mucho que descubrir de ti. —
Al prestar atención al rostro de Sara, fue casi capaz de predecir que iba a cambiar el tema sin querer y antes que esto pudiera suceder, chasqueó sus dedos para que retomara el foco.
— Hey, Residencia, LGBT, concéntrate. —

— ¡Estoy concentrada! Solo pensaba en que en el pasado no me había dado cuenta de que fui el animal de prueba… de nuevo. —
Alzó los hombros dejándolos caer con rapidez, rápido como su decepción.
— En esos momentos pensé que ellos serían la pareja que me adoptaría definitivamente, pero ya sabes cómo es el sistema con ellos. —

La expresión de Lot se arrugó, sabía que las muchas familias de acogida que Sara había tenido eran una espina que parecía transformarse en enredaderas que aún la ataban con fuerza, y eso era un problema que no era suyo y no quería solucionar.

— Pero te mostraron ese programa, el que me obligas a ver contigo. —
Agregó, tratando de alivianar la mirada oscurecida de Saraneria.
— ¿Katherine y Tracy?

— Trixie y Katya, y el programa se llama UNHhhh. —
Corrigió, dedicándole una mirada acusatoria, después de todos los capítulos que habían visto juntos no podía creer que aún no memorizaba los nombres que se mencionaban en la introducción, de cada. Uno. De. Ellos.
— Me gusta mucho el maquillaje que produjeron juntas ¿Te lo mostré? —

— Concéntrate —
Apuntándola con el dedo, reclamó mientras se recostaba en la cama disponible.
 
— Sé que me fascina el Drag y creo que pertenezco al LGBTIQ+ Pero túúúúúúúú. —
Entonó mientras le devolvía la señalada con el dedo.
— No me has mencionado nada al respecto. —

— No habías preguntado. — Se excusó.

— ¿Entonces? —
Inquirió mientras extendía sus brazos con la tableta apuntando hacia él para que la IA lo registrara.

— Una de mis amigas es Trans, se llama Willow. —
Bostezó, Su mejor esfuerzo por ignorar la cámara siendo mirar el techo.
— La conocí no mucho después de que comenzara su transición, ha pasado un tiempo desde que escuché de ella, pero la última vez que nos encontramos se veía feliz. —

— Huh… Es más de lo que esperaba oír, estoy orgullosa del proceso que hemos hecho en esta sesión. —

Ignorando la risa irónica de Lot contempló orgullosa el registro que había creado la IA, dedicándose a leer el resto de las anécdotas ajenas se sentía, aunque sea un poco, más cercana a los demás de la residencia.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori ❙ Abierto ❙ En curso


Al mirar en la dirección que su pequeño amigo le indicaba, Midori comprendió cual era el motivo de la alerta, un gato. Y es que desafortunadamente la pequeña ave había tenido malas experiencias con varios mininos desde que habían llegado a este mundo.


- << Oh, entiendo >> - No te preocupes Shima, no creo que él deje que te haga nada - le dijo en voz baja a su fiel amigo, el cual estaba ahora medio escondido a la espalda del peliverde, casi como si lo estuviera usando de escudo para tratar de no ser visto por el minino.


Por otra parte, el peliverde permanecía atento observando los movimientos del recién llegado y su acompañante, fijándose así como el pelirojo no soltaba el arnés del minino en ningún momento. Siendo esto algo que él agradecía por el bienestar de Shima.


- << Es alto >> - pensó para si mismo al momento que el recién llegado paso mas cerca de él.


Y es que Midori tenía la costumbre de fijarse en la altura de aquellas personas que recién conocía, especialmente cuando eran mas altos que él. Después de todo, el peliverde tenía un pequeño complejo de altura con la suya propia, considerando así que era bajo, y sintiendo que le gustaría crecer un poco más. Algo que por otra parte, en su esperanzada inocencia al respecto, realmente creía que aun podía ocurrir a pasar de su edad. Cabe decir que Midori media alrededor de 1,65.


Fue entonces cuando el pelirojo le preguntó por su nombre, a lo que el peliverde no tardo en responderle.


- Me llamo Midori - le respondió devolviéndole la mirada, con una actitud tranquila y educada - Tu, ¿eres Arata? - añadió tras una breve pausa.


Para este momento, Shima había decidido posarse en el hombro del peliverde, sintiendo que sus intentos por pasar inadvertido habían sido inútiles para con el minino. Buscando así su compañía, sabiendo que éste no permitiría que nada malo le ocurriera.

Anécdota II: LGBTIQ+

Esa vez, ocurrió en el refugio

—Vamos, no me digas que eres tímido...—decía una voz masculina, tratando de incitar al guardián de cabellos rosados. Se encontraban apoyados contra una pared, no precisamente oculta de las miradas indiscretas.

—Realmente, tú no conoces la vergüenza ni el pudor...—ha susurrado, mientras a modo de castigo, besaba y mordía los labios ajenos.

Leves sonidos lascivos salieron del contrario mientras se dejaba llevar en aquel beso. Aunque para el ojiazul, no significaba nada, era una simple provocación, no había lazo sentimental, ni cosa parecida.
Tras unos momentos, el chico en cuestión se encontraba con su respiración agitada y algo febril.  Por lo cuál, ha deslizado sus manos en el cuello de Jay, mientras jugaba con los adornos de su camisa:

—¿Crees que podamos pasar a cosas más serias?—Formuló la pregunta, con cierto tono sugerente.
Claro que el pelirosa lo entendía, de todos modos no era la primera vez que tenía encuentros furtivos, con chicos y chicas por igual. Aún así, ha contestado:

—En otra ocasión será— Dijo, con una de sus típicas sonrisas.

Aquella otra persona, iba a protestar, pero no contaban con un tercero en la escena, la cuál había estado observando lo ocurrido muy en silencio, pero tenía todo el afán de interrumpir, y así lo hizo:

—Jaaayyy, cariño, te necesito ♡— Utilizaba aquel tono meloso y coqueto de siempre. El chico en cuestión no hizo más que retirarse de aquel sitio, con molestia. Jay le ha mirado con suma calma, poniendo la mano izquierda en su propia cadera, para luego posar su azul mirada en los celestes ojos de la chica que le estaba aguardando:

—Siempre tan propicia, Koori— dijo acercándose a la kitsune.

—Jajaja que puedo decir— fanfarroneando para si misma— Asi que... no sólo chicas, ¿uh?— Refiriéndose a lo anterior.

—Un alma libre, no le debe deudas a nadie, querida— Se ha justificado— Además, no es atracción mutua, yo sólo les sigo el juego—. La kitsune le ha cuestionado—Entiendo que  al ser "ambos" ninfa, produzcan ese efecto de atracción. ¿Pero eso cambiará, cuando haya atracción y sentimientos mutuos?—El chico se ha encogido de hombros al no tener certeza— Talvez... Posiblemente— Contestó sin más.

Imaginando que no era precisamente por aquel motivo que Koori, le había "librado" de aquello, le ha lanzado una mirada inquisitiva, con el propósito de saber la real razón de su presencia allí.

La kitsune le ha entendido, y ha agachado sus orejas, como respuesta:

—Bueno ok, la verdad es que necesito tu ayuda—Cogiendole del brazo, le ha mirado con ojos de cachorrito— Aja, prosigue...—dijo caminando a la par con ella, ya cerca del mercado— Ayúdame con el inventario de la Sala de Alquimia, ¿si?— Río, pues se lo esperaba— Ya sabia que había un truco ahí... Está bien—sentenció finalmente, luego de mirarle.

La kitsune se ha detenido en la tienda de Purroy:

—Debo comprar algunas cosas, si quieres adelántate

El pelirosa sólo asintió, para seguir su camino hacia la Sala de las Puertas:

—Nos vemos allá— Acercándose a su mejilla, ha plantado un beso en esta. La kitsune sólo se limitó a reír, debido al frío corporal del guardián—.

Desde que Jay habia huido de su tierra natal, se permitía moverse con libertad, lejos del que dirán, y eso también aplicaba a sus preferencias sexuales.

Claro está, que su camino en este ámbito era realmente amplio. Pero lo vivía con libertad.

¿Por qué sólo quedarse con lo propiamente establecido, cuando podía elegir libremente a quién amar?

E n t r e v i s t a
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꧁   Arata, Midori, Boris ❙ Abierto ❙ En curso ꧂


Cada sala de conferencia era amplia y podían caber sin problema seis personas alrededor de la mesa. En caso de haber más, podían recurrir al encargado en turno para prestar más sillas. En este caso, por supuesto les quedaba grande el lugar, por lo que podían sentarse donde gustaran y Arata decidió que fuera en la silla junto al chico, pero con una distancia prudente debido a Bruma y al ave.

—Mm —respondió, asintiendo levemente.

Procedió, entonces, a contemplarlo a más detalle. Recorrió el cabello del chico, sus cejas, su nariz, sus pómulos, sus labios y luego el conjunto que llevaba: era agradable para sus ojos. Le parecía lindo, además lo acompañaba una adorable avecilla que posteriormente se quedó observando de nuevo, ya que se dejó ver mejor. No obstante, su atención fue interrumpida por Bruma, quien tras haber mirado un buen rato al pequeño alado, acabó por restarle importancia y subirse a la mesa para sentarse en esta. Quería oler al peliverde, pero el modelo no dejó que se le acercara debido al pajarito: quería evitar estresarlo.

—¿Cómo se llama tu compañero o compañera? Ella es Bruma.

Apuntó a la felina con un breve movimiento de cabeza, sin soltar el arnés.
El modelo no era de efectuar las clásicas presentaciones, pero sentía curiosidad por la avecilla: no podía ignorarla y la consideraba parte de la reunión. Por lo menos ya había confirmado que el chico parecía ser su postulante, pero le faltaba algo más...

—¿Tienes tu cédula de identidad o una foto de esta? —preguntó de repente.

El modelo tenía sus dudas respecto a la dizque mayoría de edad del chico. Por desgracia quizá, no aparecía esta en el ID de la residencia.

De repente, debido a Bruma principalmente, giró hacia la puerta, lugar donde había observado la felina con suma atención y rapidez. Fue entonces que bajó de la mesa para acercarse a su símil y Arata se levantó también, yendo en su dirección.

Las salas de conferencia aislaban el sonido, por lo que no se habría percatado de la presencia de otro gato de no ser por la pequeña azabache. Además, le había estado dando la espalda a la puerta.

Al inicio se preocupó, ¿qué hacía un gato allí? No llevaba arnés, pero en cuanto notó que alguien se acercaba, ató hilos, mas no se atrevió a abrir la puerta debido al ave y a una probable pelea entre ambos felinos sin una correspondiente presentación previa entre ellos.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori - Boris ❙ Abierto ❙ En curso


Una vez el pelirojo le confirmo que era él, Midori se fijo en como éste parecía estar analizando sus rasgos físicos. Algo que consideró normal, pensando que era parte del proceso de selección para el posible trabajo como modelo, por lo cual no le molestaba o incomodaba ser observado aunque fuera en detalle.


Cabe decir que el rostro de Midori era fino, en el sentido de estar bien cuidado y de verse bien. Por otra parte, con respecto a su cuerpo, era de constitución más bien delgado, si bien no en exceso. En términos de manga quizás se le podría considerar un poco bishounen con un ligero toquecito de shota al no ser muy alto.


De esta forma, el peliverde se mantuvo atento en silencio, viendo así luego como el minino parecía finalmente dejar su interés por su pequeño amigo, para pasar entonces a interesarse por él. Midori no era un experto en gatos, más incluso él pudo notar como parecía querer olerlo, algo que Arata no dejo que hiciera, entiendo así el peliverde que lo hacía por la cercanía de la pequeña ave. Siendo esto un gesto que agradecía. Si bien por su parte, le agradaban los mininos, por lo que si no fuera por Shima se habría dejado oler sin problema alguno, e incluso de haber podido le habría acariciado.


- Él es Shima - le respondió tras escuchar como el pelirojo le presentaba a la minina - Ha tenido malas experiencias con algunos gatos. Te agradezco que mantengas a Bruma con algo de distancia - Y tras una breve pausa añadió - En otras circunstancias estaría encantado de dejar que me olieras, Bruma - dijo con total sinceridad y un tono de voz algo más dulce mirando ahora a la minina como si realmente hablara con ella y esta fuera a responderle.


Tras esto, el peliverde hizo una breve pausa antes de responder a la pregunta de Arata, pensando que quizás eso podía ser un problema de cara a conseguir el trabajo.


- No tengo. Se lo que es, pero no soy originario de este mundo, y no se como poder conseguir algo así. Solo puedo darte mi palabra de que como humano cumplo con tu requisito de ser mayor de edad - le respondió de forma seria, educada y sincera.


Cabe decir que Midori aparentaba tener unos 18-20 años, si bien en realidad tenía unos cuantos más.


Fue entonces cuando ante el movimiento de Bruma, el peliverde se dio cuenta de que ahora había otro minino más en el lugar.


De esta forma, y como si la presencia de uno no fuera bastante ya para que la pequeña ave estuviera alerta, ahora resultaba que había dos, y uno de ellos además sin arnés que lo sujetara. Por este motivo era evidente el nerviosismo de Shima, a lo cual Midori trataba de calmarlo acariciándole con cariño. Por lo demás, el peliverde tan solo permanecía atento a como se desarrollasen las cosas ahora, especialmente con respecto al nuevo minino y sus movimientos.

Encuesta 2

1. ¿En qué mes estás de cumpleaños? Puede que una sorpresa toque tu puerta.


- ¿Una sorpresa? ... De donde vengo no dividimos el año de la misma forma que en este mundo. No sabría decir exactamente en que mes es mi cumpleaños. 


3. Si ahora no aceptas compartir cuarto, ¿crees que te gustaría compartir alguna vez?


- Si, pero primero quiero poder conocer a la otra persona y saber que Shima y esa persona se lleven bien.


4. En cuanto a gustos, ¿cuál es tu postre favorito?

... - el peliverde se quedó un momento pensando - Cualquier fruta o algún postre sencillo que lleve fruta - terminó diciendo pues realmente no sentía que tuviera un favorito.

Encuesta 5

1. ¿Cuál es tu estación favorita del año? ¿Prefieres el calor o el frío? ¿Tal vez algún otro clima?

De donde vengo las estaciones no son iguales que en este mundo. Pero de las que he podido vivir durante mi estancia aquí mi favorita es la primavera.

Prefiero un clima más templado. Pero si tengo que elegir entre el frío o el calor, prefiero el frío.


2. ¿Cómo sueles lidiar con las altas y bajas temperaturas?

... - Midori se quedó un momento pensando pues no comprendía del todo que quería decir la palabra "lidiar". Cabe decir que pase ha haber aprendido el idioma de este mundo, en ocasiones aun había palabras o expresiones que el peliverde no entendía. Así pues tras consultarle a su I.A. que era lo que quería decir, finalmente pasó a responder la pregunta - Cuando hace mucho calor bebo más agua y uso ropa más fresca. Y cuando hace mucho frío utilizo más ropa y bebo una bebida caliente tradicional de mi pueblo hecha con savia, agua y zumo de frutas de la temporada


3. ¿Y sobre las festividades del año? ¿Cuál es tu favorita? ¿Y la que menos disfrutas?

... - Nuevamente el peliverde se quedó pensando un momento, pues entendía que no le preguntaban por las festividades de su mundo. Así pues estaba haciendo memoria de cuales eran las que había llegado a vivir en éste para poder responder - Me gusta Pascua. El chocolate sabía bien y era bonito ver decoraciones de animales, aunque no entendí muy bien su significado. No creo tener una que no disfrutara, aunque tampoco he podido vivir tantas. Creo que cada una tiene algo interesante.

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꧁   Arata, Midori, Boris ❙ Abierto ❙ En curso ꧂


—Hola, Shima —dijo observando al ave.

No perdió tiempo y quiso saludarlo de inmediato, además le parecía sobremanera lindo. Pero pese a esto, no hubo variación en sus facciones.

—Confío en que Bruma no lo lastimará, pero juzga tú cuando sea apropiado que se le acerque.

Para cuando el modelo oyó lo último, ya estaba frente a la puerta y agachado: aún no le respondería ese importante detalle. De momento, sus dudas estaba dirigidas a la inesperada situación. ¿Aquel felino quería entrar?, ¿por qué? Solo venía a su mente Bruma como motivo, ¿pero tal vez había visto al ave? Pensó rápido qué hacer y acabó por dejar el arnés amarrado a una silla.

—Ya vuelvo —dijo tras haberse levantado, mirando a Midori. Luego repitió las mismas palabras, pero mirando a Bruma.

En cuanto estuvo bien asegurada la tira del arnés, abrió la puerta y tomó con gentileza al gato sin importar que este pudiera reaccionar arañándolo o intentando escaparse.
A su aparente tutor le quedaban varios pasos para llegar, por lo que en vez de esperar, se acercó a otra sala más cercana, abrió la puerta y dejó al felino allí dentro antes de regresar con su postulante.

Aunque desconocía por completo el contexto detrás del o la felina y su dizque tutor, le resultaba complejo no tacharlo de irresponsable. Por lo tanto, no tuvo interés en hablar con él y regresó a la sala dos, donde estaba Shima y su cuidador.

E n t r e v i s t a


Arata - Midori - Boris ❙ Abierto ❙ En curso


Al escuchar como era saludado la pequeña ave emitió uno de sus característicos suaves sonidos, como si de esta forma él también lo estuviera saludando de regreso.


Posteriormente a las siguientes palabras de Arata, Midori solo afirmo con la cabeza. Si bien, en realidad pensaba que no sería él quien decidiría el momento adecuado de dicho acercamiento, sino el propio Shima, cuando sintiera que Bruma no era una amenaza para él.


Tras esto, Midori permaneció atento a las acciones del pelirojo. Y si bien no estaba seguro de si la idea de llevar al minino a otro lugar era por Bruma o por Shima (o ambos), fuera cual fuera el motivo era algo que le agradecía por la tranquilidad de su pequeño amigo.


- De acuerdo - le respondió brevemente a sus palabras.


De esta manera durante el breve momento que Arata estuvo afuera el peliverde le comentó a la pequeña ave:


- No me parece que quiera atacarte, Shima. Creo que solo siente curiosidad por ti - le dijo en relación a Bruma.


Como respuesta, su pequeño amigo volvió a emitir otro de sus característicos sonidos, a lo que Midori solo lo miró con una expresión de cariño.


De esta forma mientras el peliverde esperaba el regreso de Arata, aprovechó el momento para mirar a Bruma. Si bien en esta ocasión no era tanto para vigilar sus movimientos sino para apreciar sus rasgos. Y es que en su mundo de origen los gatos eran animales no tan comunes de ver como lo eran en este. Siendo además considerados por el pueblo de Midori como una especie de amuleto de buena suerte cuando alguno decidía aparecer ante una persona.


  - << Espero que Shima y ella lleguen a llevarse bien >> - pensó entonces mientras la miraba.


Este pensamiento no solo era por el hecho de que ambos vivían en la misma residencia, y por tanto, según su pensar, no sería raro que volvieran a encontrarse. Sino también porque en estos momentos al peliverde realmente le gustaría poder acercarse a la minina con calma y si así ésta se lo permitiera y Arata estuviera de acuerdo con ello, acariciarla para darle algunos mimos.

C o n t e m p l a n d o    l a    l u n a


Neko & Kafei ❙ Cerrado ❙ En curso

Tal como suponía, la chica no había dado en el clavo al intentar adivinar el nombre de su acompañante. Pero ciertamente, fue más satisfactorio poder apreciar las expresiones que este reflejaba en su rostro a medida en que ella hablaba.

—Bueno, acepto mi derrota. —Pensó bastante divertida.

Seguidamente, centró toda su atención a la explicación que le era dada con respecto al asunto de la considerable variedad de nombres. La cual, aunque realmente no estaba preocupada, le hizo soltar un suspiro de alivio.

—Entonces es un nekomata, ¿eh? —Comenzó a inspeccionarlo detenidamente, a medida en que sus pasos continuaban. —Ah, claro. Las orejas y la cola… Sí. Son de… De un gato.

Aquello le hizo sentir un fugaz escalofrío, el cual procuró disimular para evitar una posible incomodidad por parte de su interlocutor. Ello debido a que, si bien la fobia que sentía hacia los gatos, desde muy joven, siempre le hacía querer huir de ellos, lo cierto es que el joven no había sido más que amable y genial hasta este punto.
Aquello provocaba que se sintiese realmente cómoda y se sintiera capaz de hacer un intento por silenciar, gradualmente, la voz en su cabeza que le imploraba tomar precauciones y esconderse, hasta el punto en que esta desapareció casi por completo.

—Ohhh, ya comprendo. Entonces ese es el motivo. —Respondió amigablemente antes de dar comienzo a la explicación de su broma. —Verás, lo que he dicho antes ha sido porque tengo entendido que los espías y los asesinos no suelen utilizar un sólo nombre, sino que tienen varios; esto para proteger sus identidades y sea más complicado rastrearlos. Pero... A decir verdad, la razón que me has expuesto tiene bastante más sentido para mí.

—Además... Una vez eliminada esa molesta voz temerosa de mi cabeza, realmente no parece que puedas hacerle daño a nadie. Al menos no de manera gratuita.

—¡Ah! ¡Y-y Neko es un nombre lindo! Siendo sincera, creo que nunca hubiera podido dar con él. Me quedaré con ese como mi elección predilecta. —Comentó. Aunque lo más probable es que, en futuros encuentros, intentase tomarle la palabra llamarlo con las opciones antes dadas… O incluso otras que se le fuesen ocurriendo durante la marcha.

—Por mi parte, tú puedes llamarme Kafei o… Simplemente Fei. Es así como suele llamarme mi hermano. —Agregó, previo a percatarse de que su caminata ya les había llevado frente a las raíces, así como al considerable tronco del árbol.

—Muy bien... ¡Adelante, Neko! ¿Qué tal si eres tú quien sube primero?  —Propuso, pensando que podría darle continuación a la conversación una vez instalados sobre alguna rama. —Ahora yo me encargo de seguirte.