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Le llamaba la atención que Kuon fuera bastante risueño a su parecer, pero sobre todo, que su sonrisa denotara sinceridad.
Que el pelirosa luciera tan a gusto junto a Arata no era algo muy común, sobre todo porque recién se estaban conociendo, pero le agradaba y atesoraba sin importar cuánto pudiese durar.

Por otro lado, se quedó con la mano extendida más de lo previsto, oyendo la respuesta a su pregunta. Esta captó más su interés, y entonces de nuevo se le quedó observando fijo.
Le parecía que tenía sentido, ya que el masaje en su cuello le había gustado.

—Mm... Se podría decir que eres bueno con las manos —dedujo, sin apartar sus ojos de Kuon.

—¿También eres bueno con la boca?

De haber estado su amigo allí, probablemente le abría cubierto la boca con la mano antes de que pudiera acabar la sentencia, y de paso le habría hecho un repaso de las «clases de modales» que le había estado impartiendo.

Se había distraído con la información recibida, por lo que frente a lo último, solo asintió, comprendiendo. Solo en ese momento, regresó su mano libre a Bruma.
Esta vez, observaba los labios de Kuon.

Pese a todo, el modelo era una persona responsable, por ende, en cuanto su acompañante adentró las cartas en el buzón, hizo el ademán de continuar caminando, pero hacia las habitaciones.
No podía distraerse más: debía alistarse.

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Las palabras de Arata hicieron que Kuon se quedara brevemente sin saber que hacer o que decir, ya que aunque de alguna forma sentía que poco a poco iba conociendo la forma de ser de Arata, aun así le había sorprendido. Y así, sin poder evitarlo, comenzó a sentir algo de vergüenza, la cual podía notarse con bastante facilidad, no solo porque Kuon era bastante expresivo, sino porque su rostro se puso ligeramente rojo. Por su mente no pudo evitar pasar el pensamiento de que las palabras de Arata podían tener un doble sentido, y el hecho de pensar que Arata fuera tan agresivo o directo cuando apenas habían comenzado a conocerse era algo que le sorprendía y llamaba la atención al mismo tiempo. Aún así, no tardó demasiado tiempo en reaccionar y responderle, si bien decidió interpretar sus palabras de una forma más inocente que la que había pasado por su mente no mucho antes.


- No canto. Al menos no en público - dijo ya con su habitual expresión en el rostro, si bien aun podía notarse un poco que por su mente había pasado otro tipo de interpretación a las palabras de Arata.


Después de ésto, dejó las encuestas en el buzón, para posteriormente volver de nuevo a seguir a Arata, que esta vez si, parecía que tomaba rumbo a las habitaciones.

Fue entonces cuando, pese a no ser una persona que soliera preguntar, y dada la naturalidad, a sus ojos, que Arata tenía de hablar, pensó que quizás no le molestaría ser preguntado.


- ¿Y tu? ¿A que te dedicas? - dijo de forma natural y tranquila - Ah! No tienes que decirlo si no quieres, es solo que como me preguntaste, ahora siento algo de curiosidad - continuó diciendo dejando salir una de sus leves risas al final.


No quería que Arata se sintiera obligado a responder o incomodo por su culpa, pero al mismo tiempo también sentía algo de curiosidad por su respuesta.

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Cuando observaba a alguien, procuraba hacerlo bien; es decir, prestando bastante atención a cada gesto ajeno. Es por ello que logró darse cuenta del tenue rubor de Kuon.

«¿Oh?» dijo en su mente, pues al parecer había descubierto... algo. Sin embargo, era consciente de que aunque pudiesen repetirse patrones, estos no podían asegurarle nada al ciento por ciento.

Ver nuevas reacciones en las personas sin dudas era algo que Arata disfrutaba presenciar.

—Así que en privado... —pensó en voz alta.

Esta vez no observó al músico, pero solo en un comienzo, pues luego solo dirigió sus pupilas hacia él, mirándolo desde el rabillo del ojo.

—Mm...

Pensó en las palabras de Kuon un poco más mientras acariciaba el lomo de Bruma. Esta pidió ser bajada en cuanto hubo menos gente, por lo que Arata la dejó en el suelo y solo sostuvo el arnés.

La pregunta que posteriormente recibió de Kuon le pareció bastante normal, por ello le llamó la atención que de repente casi se disculpara por hacerla.

—¿Mm? ¿Aún estás nervioso? O quizá... avergonzado.

Comenzó a tantear un poco, mas no quiso darle demasiadas vueltas al asunto aunque era de su interés. De lo contrario, podría llegar tarde a la sesión y, por ende, prosiguió a responder la duda del músico sin más dilaciones.

—Soy modelo —respondió con su tono suave de voz de siempre; uno tranquilo que no dejaba entrever casi emociones como su rostro.

Su habitación no estaba demasiado lejos, por lo que no faltaba mucho para que llegara.

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Edito para no postear tan seguido jajaja

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Para el pelirrojo, preguntar siempre era mejor que asumir independiente de si la otra persona era sincera o no, y la respuesta de Kuon era claro ejemplo de ello. No obstante, a Arata le gustaba fantasear de vez en vez, era algo entretenido para él.

«Experiencia...», dijo en sus adentros. De repente en su mente comenzaron a aparecer múltiples motivos y probabilidades acerca de por qué a algunas personas les pudiese molestar.

—Mm, ya veo —respondió brevemente.

A Arata también le había ocurrido, aunque más que molestia, percibía incomodidad. Por supuesto, en esos momentos no se quedaba con la duda y la otra persona acababa más incómoda en consecuencia, pero al menos solo por un momento.

Para cuando Kuon comenzó a observar más a Arata, este ya se había detenido debido a estar a tan solo unos pocos pasos de su cuarto, el número 14.

Notó que era observado con mayor detenimiento por el músico, lo que aprovechó. Por su parte, comenzó a mirar otros lugares de Kuon, desde su cuello, abdomen, brazos... E incluso dio una vuelta a su alrededor.
No era de necesitar excusas para enmascarar sus acciones, pero de repente le gustaba jugar con las palabras y Kuon le había dado un motivo para su actuar.

Bruma había aprovechado de oler un poco más al chico.

—¿Por qué? ¿Te parezco atractivo? —preguntó tranquilamente tras oír el veredicto ajeno en cuanto a su trabajo, ya de nuevo frente a su acompañante.

Arata no solo era delgado, sino alto. Además, sus padres eran de distinta nacionalidad, es por ello que poseía rasgos asiáticos, su peculiar color de cabello y ojos. Todo esto siempre llamaba la atención de las agencias y fotógrafos.

—Bruma participa solo si ella está de humor para ello y si el fotógrafo no usa flash: no es bueno para sus ojos —respondió, siguiendo la mirada de Kuon.

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Kuon pudo notar como mientras él miraba a Arata, éste lo miraba también más a él. Después de todo no estaba siendo demasiado discreto a sus ojos, pues hasta dio una vuelta a su alrededor, pero puesto que él mismo también lo estaba observando de más, prefirió no decir nada, si bien si que se sentía algo examinado se podría decir.


Personalmente no se creía alguien atractivo, aunque si poseía rasgos que llamaban la atención como su color de cabello o sus ojos. Por otra parte, consideraba que tenía un físico normal, si bien se podía decir que tenía un buen cuerpo, ya que era de constitución delgada, pero no en exceso.


Volviendo al sentimiento de sentirse algo examinado, ésto no era algo nuevo para él, aunque de otra forma diferente, y sin duda con un sentimiento peor al de ahora, ya le había ocurrido en el pasado cuando era niño. E igualmente este sentimiento en esta ocasión duro más bien poco, pues en el momento en el que Bruma comenzó a olerlo de nuevo fue como si se olvidara de todo y quedara cautivado por la minina. Y fue en ese momento que Arata le pregunto, para posteriormente responder a la pregunta que Kuon le había hecho.


- "¿Por qué? ¿Te parezco atractivo?"

- "Bruma participa solo si ella está de humor para ello y si el fotógrafo no usa flash: no es bueno para sus ojos."


La respuesta a la pregunta de Arata le salió de manera natural y sin pensarlo demasiado. Seguramente en otro momento se habría sorprendido más ante dicha pregunta, o hubiera hecho una breve pausa antes de responder, pero la minina lo tenía cautivado, y el haber estado mirándola hizo que respondiera con total sinceridad.

- Si.

- Así que cuando está de humor... - continuó diciendo en un tono de voz ligeramente más bajo como pensando en voz alta. - Deben de ser una fotos adorables - dijo ya en su tono de voz más habitual.


Y fue entonces cuando tras una breve pausa de silencio fue consciente de la sinceridad con la que había respondido a la pregunta de Arata, sonrojandose muy ligeramente en el proceso. Y al darse cuenta, continuó hablando.


- Antes... quería decir que pienso que tienes unos rasgos bonitos, como por ejemplo tus ojos. - dijo esta vez mirándolo a él, dejando así de mirar a la minina.


Kuon se sentía algo... ni él mismo estaba seguro a decir verdad. Por una parte, si bien era una persona sincera, sentía que había respondido quizás demasiado directo, y al mismo tiempo, estaba siendo consciente también de su respuesta a la pregunta. Además de que por otra parte, tampoco podía dejar de mirar a Bruma.

Ambos, tanto Arata como Bruma, habían llamado su atención, pero de maneras diferentes, y esos sentimientos y pensamientos se cruzaban ahora en su mente.

3. Encuesta

1. ¿Te cuesta conocer personas?

— Depende, no parezco el tipo de persona mas amigable del mundo
podría incomodar a los demás con mi presencia, sin embargo no tengo problema en seguir una conversación.

2. ¿Consideras que eres de dar el primer paso o que lo den?

— Prefiero que lo den, nuevamente replico la primera respuesta, podría incomodar a los demás con mi presencia
así que preferiría que sea una elección y no una obligación.

3. ¿Te apuntarías a una actividad para socializar? (Conocer a otros residentes).

— No tengo problema con eso, así que sí.

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Recibir una respuesta tan pronto era una buena señal o indicio para el modelo. No obstante, al estar tan atento al chico, notó que estaba un tanto distraído en ese instante. Así que no sumó ni restó puntos por el momento.

—Podría darte el privilegio de ver algunas cuando saldes tu deuda. No son muchas —respondió observando a Kuon.

Posteriormente, cambió de dirección hacia Bruma, quien ya se había recostado «en modo pan», como Arata le llamaba. En ese modo, estaba con las patas traseras escondidas y las delanteras dobladas hacia dentro, sin dejarlas ver demasiado: parecía pan ante los ojos del pelirrojo.

La posterior explicación de Kuon no se la esperaba. Arata se encontraba atractivo y poseía bastante confianza en sí mismo, por ende, aquello no era la raíz de su sorpresa, sino que Kuon procediera a darle fuerza a su anterior respuesta en vez de restarle.

El músico parecía no tener una masculinidad frágil.

—Más 35 —sumó de repente en voz alta, mirando con suma atención los rosados ojos del chico.

Si no fuera porque su amigo tenía unos ojos grises tan claros, el color de los del músico le habría sorprendido, pero sin dudas le parecía un color bonito y, por supuesto, para nada común.

—¿Quieres mirarlos más de cerca?

Se cruzó de brazos de una manera tranquila. Luego ladeó un poco la cabeza, sin apartar la mirada del chico.

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Ante las palabras de Arata:

- "Podría darte el privilegio de ver algunas cuando saldes tu deuda. No son muchas."


Kuon simplemente sonrió mientras observaba a la minina. Sin duda la idea de poder verlas le gustaba, y por supuesto no era ningún problema o molestias para él el saldar la deuda con Arata, como éste le había dicho.


Por otra parte, fue mientras aun tenía en su mente los pensamientos sobre ambos que escucho de nuevo a Arata decir un número, y esta vez mientras lo miraba directo a los ojos. Fue así que por un momento Kuon pensó que quizás esos números que lo había estado escuchando decir en voz alta en ocasiones quizás eran dirigidos hacia él, aun si solo eran un pensamiento en voz alta, y esto hizo que se sintiera ligeramente avergonzado, apartando la mirada por un instante de los ojos de Arata.

Pero posteriormente volvió a mirarlo cuando éste le dijo:


- "¿Quieres mirarlos más de cerca?"


Kuon pensaba que Arata era alguien directo y sincero, así que considero que no tenía porque ser excesivamente prudente, y tras escucharlo decir estas palabras, se acercó ligeramente a él y lo miró fijamente a los ojos ya sin rastro de vergüenza, solo con su habitual expresión y su mirada sincera y honesta.


- Si, reafirmo que son muy bonitos - dijo, tras dar unos pasos otras ya volviendo a su posición inicial.


En el proceso estaba seguro de que Arata también había podido fijarse totalmente en el color de sus ojos, sobre lo que tenía tanto buenos como malos recuerdos de cuando era niño. Pero aun así, pensó que si Arata dijera algo al respecto esto no sería algo que se convertiría en un mal recuerdo.